Col: Es rica en fitoquímicos que estimulan la producción de las enzimas que bloquean el daño originado por los agentes carcinógenos. Alternativas: brécol, coliflor, lombarda, nabos y rábanos.
Cebolla: No sólo es anticarcinógeno, sino también antiinflamatorio, antiséptico, antihipertensivo… Alternativa: el ajo también posee estos beneficios.
Tomate: Su rojo intenso le delata como el poseedor de una gran cantidad de antioxidantes de propiedades antitumorales. Alternativas: las verduras anaranjadas también son ricas en carotenoides.
Piña: Ayuda a combatir los procesos inflamatorios, lo que contribuye a proteger de los tumores. Alternativas: los cítricos, el kiwi y el arándano rojo.
Lechuga: Su intenso color se debe a la cantidad de clorofila que posee, otra sustancia protectora. Alternativa: todas las verduras de hoja verde.
Fresas: Poseen ácidos de actividad anticancerígena. Alternativas: los frutos rojizos como la granada, la sandía o las cerezas.
Seta shitake: Posee propiedades inmunomoduladoras, antiinflamatorias y antitumorales. Alternativas: boletus, níscalo y rebozuelo.
Seta shitake: Posee propiedades inmunomoduladoras, antiinflamatorias y antitumorales. Alternativas: boletus, níscalo y rebozuelo.
Sardina: Aporta al organismo grasa poliinsaturada que, además de fortalecer el corazón, previene esta patología. Alternativas: boquerones, salmón, caballa y arenque.
Yogur desnatado: Regula la flora intestinal y solo posee un 10% de grasas. Alternativas: quark, kéfir o requesón.
Aceite de oliva: El mejor. Toma cada día de tres a cinco cucharadas. Alternativas: en crudo, de maíz o de girasol.
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